Una herida junto a la otra
poner a crecer en avecinada
indiferencia. Esa barquera
cantera de almácigos
y fiera en punta de pies
va otoñada para volver el rostro
en plena noche. Sombra
apaciguada, te desteta
lo último por contar.
La cereza en la crema,
un reproche a tu pavor
al falso candor en tu cadera.
Comments